EL PADRE VELAZ
Por las dificultades de comunicación a través de Internet que tengo en el colegio y la imposibilidad de bajar cuando quiero a Mérida a conectarme a la red, tengo bastante olvidado este blog, que me gustaría poder actualizar más a menudo. Pero bueno, a través del correo electrónico también os tengo informados.
Hoy vengo a hablaros del Padre Velaz, fundador de Fe y Alegría.
Fue un sacerdote jesuita nacido en España, pero que estuvo casi toda su vida en América Latina, más concretamente en Venezuela. Aquí se preocupó por la educación de los más desfavorecidos, de los más necesitados y pensando que la “educación integral nos libra de la servidumbre” fundó una institución que se dedicaba a atender las necesidades educativas de los más olvidados. De esto hace 51 años, y Fe y Alegría se ha convertido en la institución de educación popular más importante de Hispanoamérica y va extendiéndose poco a poco por algunos países de África.
Junto a la Hermana Monte, Esclava del Divino Corazón, fundó el colegio en el que yo me encuentro, aquí vivió sus últimos años. La Hermana Monte, que ahora tiene 83 y sigue siendo el motor de este internado, habla maravillas de él. De lo bueno que era, de lo preocupado que estaba por los demás, y de cómo se movía para conseguir que esto saliera adelante. Aquí tiene su tumba, cuya lápida es un bajorrelieve de él con sus niños, a los que amó profundamente.
La hermana Monte, es adorable. A pesar de los años que tiene, es impresionante cómo se acuerda de todo, de cómo empezaron a construir lo que hoy es San Javier, de quién les dio el primer dinero, de los malabares que hacía, y que sigue haciendo, para conseguir la comida que alimente a los más de 400 alumnos del internado. Todos los que han estado aquí, saben que es una mujer digna de conocer. Se entretiene solucionando problemas y jugando al Solitario Spider. Cada vez que hablo con ella, es mucho lo que aprendo y lo que admiro a una mujer tan valiente. Nacida en Moguer, estuvo en Japón muchos años, y en Venezuela, adonde se vino sola para empezar a trabajar.
Ahora os dejo el testamento del Padre Velaz, que es muy significativo de lo que quería hacer y de lo que ha conseguido.
Testamento del Padre José María Velaz S.J.
“Estoy pensando en vosotros,
en los que vendrán.
Estoy levantando Escuelas y Talleres
para una nueva Juventud.
Trazando caminos
para pasos que no serán los míos.
Acumulando libros de Arte,
llenos de esperanza.
Porque la belleza
es la más grande mina de esperanza.
Alistando maestros que os miren
como hijos
pues seréis sus herederos.
Pensando flores,
que alegren vuestras existencias,
al perfumar vuestros corazones.
Ordenando árboles
cuya piedad
podría cubrir mi tumba.
Formando bosques
que se abrazarán a la montaña
transformándola en Santuario
de paz, de poder y de armonía.
Para vosotros los que vendréis,
para los que no conozco, pero amo,
para los que todavía no han nacido,
para la niña triste
que no conoció el cariño,
para el huérfano,
cuya Universidad ha sido el desamparo,
para los que no tienen voz
que les defienda,
para los que nunca han visto
una casa donde habita el Amor.
Del bosque salvaje
quiero hacer un parque,
donde los caminos y senderos
exploren el secreto
de las grandes arboledas,
desentrañen la palabra,
que sólo pronuncia rumores
gritos y quejidos lejanos,
que sepa comprender el lenguaje
del viento agudo,
o de la brisa tranquila,
que entienda las voces profundas
de la calma y el silencio.
Quiero inventar
varias cabañas y refugios
de talento amigo,
donde la elocuente y tibia soledad
reciba a los recién llegados,
como hermanos,
y les enseñe a penetrar
en el bosque de sí mismos.
Anhelo integrar en un solo valor
la Selva, los Talleres y los Libros
los Maestros y los Consejeros
la Fe, el Paisaje y la Oración
los grandes Proyectos del Futuro
el Arte, la Esperanza y el Amor.
¿Hasta donde podrán volar
el Ingenio, la Ilusión y los Anhelos?
quisiera encontrar un heredero,
de las grandes esperanzas,
que tenga la barrera
de la muerte
más lejos que yo.
para que se multipliquen los afanes,
crezcan los horizontes,
y se alarguen los latidos del ensueño.
Para que del poder dormido
de esta tierra
brote un renuevo salvador.
La nieve de la altura refresca,
mi enjambre ardido de proyectos,
rejuvenece la brisa
y su rumor
mi soledad.
En le arcano de este humilde papel,
en este momento pasajero,
dejo escondido el testamento
de mi impotente esfuerzo.
Quizá podrá encontrar
sus albaceas
quizá esta chispa llegue a incendio.
Es una semilla no más,
que busca
la tierra, la tierra de la multiplicación
en el morir primero…”
Hombres como él dan esperanza para el cambio en el mundo, su labor y la de gente como él, es la que construye una sociedad más justa e igualitaria.
Por las dificultades de comunicación a través de Internet que tengo en el colegio y la imposibilidad de bajar cuando quiero a Mérida a conectarme a la red, tengo bastante olvidado este blog, que me gustaría poder actualizar más a menudo. Pero bueno, a través del correo electrónico también os tengo informados.
Hoy vengo a hablaros del Padre Velaz, fundador de Fe y Alegría.
Fue un sacerdote jesuita nacido en España, pero que estuvo casi toda su vida en América Latina, más concretamente en Venezuela. Aquí se preocupó por la educación de los más desfavorecidos, de los más necesitados y pensando que la “educación integral nos libra de la servidumbre” fundó una institución que se dedicaba a atender las necesidades educativas de los más olvidados. De esto hace 51 años, y Fe y Alegría se ha convertido en la institución de educación popular más importante de Hispanoamérica y va extendiéndose poco a poco por algunos países de África.
Junto a la Hermana Monte, Esclava del Divino Corazón, fundó el colegio en el que yo me encuentro, aquí vivió sus últimos años. La Hermana Monte, que ahora tiene 83 y sigue siendo el motor de este internado, habla maravillas de él. De lo bueno que era, de lo preocupado que estaba por los demás, y de cómo se movía para conseguir que esto saliera adelante. Aquí tiene su tumba, cuya lápida es un bajorrelieve de él con sus niños, a los que amó profundamente.
La hermana Monte, es adorable. A pesar de los años que tiene, es impresionante cómo se acuerda de todo, de cómo empezaron a construir lo que hoy es San Javier, de quién les dio el primer dinero, de los malabares que hacía, y que sigue haciendo, para conseguir la comida que alimente a los más de 400 alumnos del internado. Todos los que han estado aquí, saben que es una mujer digna de conocer. Se entretiene solucionando problemas y jugando al Solitario Spider. Cada vez que hablo con ella, es mucho lo que aprendo y lo que admiro a una mujer tan valiente. Nacida en Moguer, estuvo en Japón muchos años, y en Venezuela, adonde se vino sola para empezar a trabajar.
Ahora os dejo el testamento del Padre Velaz, que es muy significativo de lo que quería hacer y de lo que ha conseguido.
Testamento del Padre José María Velaz S.J.
“Estoy pensando en vosotros,
en los que vendrán.
Estoy levantando Escuelas y Talleres
para una nueva Juventud.
Trazando caminos
para pasos que no serán los míos.
Acumulando libros de Arte,
llenos de esperanza.
Porque la belleza
es la más grande mina de esperanza.
Alistando maestros que os miren
como hijos
pues seréis sus herederos.
Pensando flores,
que alegren vuestras existencias,
al perfumar vuestros corazones.
Ordenando árboles
cuya piedad
podría cubrir mi tumba.
Formando bosques
que se abrazarán a la montaña
transformándola en Santuario
de paz, de poder y de armonía.
Para vosotros los que vendréis,
para los que no conozco, pero amo,
para los que todavía no han nacido,
para la niña triste
que no conoció el cariño,
para el huérfano,
cuya Universidad ha sido el desamparo,
para los que no tienen voz
que les defienda,
para los que nunca han visto
una casa donde habita el Amor.
Del bosque salvaje
quiero hacer un parque,
donde los caminos y senderos
exploren el secreto
de las grandes arboledas,
desentrañen la palabra,
que sólo pronuncia rumores
gritos y quejidos lejanos,
que sepa comprender el lenguaje
del viento agudo,
o de la brisa tranquila,
que entienda las voces profundas
de la calma y el silencio.
Quiero inventar
varias cabañas y refugios
de talento amigo,
donde la elocuente y tibia soledad
reciba a los recién llegados,
como hermanos,
y les enseñe a penetrar
en el bosque de sí mismos.
Anhelo integrar en un solo valor
la Selva, los Talleres y los Libros
los Maestros y los Consejeros
la Fe, el Paisaje y la Oración
los grandes Proyectos del Futuro
el Arte, la Esperanza y el Amor.
¿Hasta donde podrán volar
el Ingenio, la Ilusión y los Anhelos?
quisiera encontrar un heredero,
de las grandes esperanzas,
que tenga la barrera
de la muerte
más lejos que yo.
para que se multipliquen los afanes,
crezcan los horizontes,
y se alarguen los latidos del ensueño.
Para que del poder dormido
de esta tierra
brote un renuevo salvador.
La nieve de la altura refresca,
mi enjambre ardido de proyectos,
rejuvenece la brisa
y su rumor
mi soledad.
En le arcano de este humilde papel,
en este momento pasajero,
dejo escondido el testamento
de mi impotente esfuerzo.
Quizá podrá encontrar
sus albaceas
quizá esta chispa llegue a incendio.
Es una semilla no más,
que busca
la tierra, la tierra de la multiplicación
en el morir primero…”
Hombres como él dan esperanza para el cambio en el mundo, su labor y la de gente como él, es la que construye una sociedad más justa e igualitaria.